Megaterio


La gran bestia americana que habitaba las tierras de Pehuen Co

Corría el año 1785 en las colonias españolas de América del Sur, cuando dirigiendo una obra a orillas del Río Luján, en lo que es hoy la provincia de Buenos Aires (Argentina), Fray Manuel de Torres encontró el esqueleto prácticamente completo de un animal desconocido. Enterrados en el sedimento, los huesos se encontraban en buen estado de conservación, el trabajo correspondiente a su extracción demandó algún tiempo y llamó fuertemente la atención el tamaño que tenían.

Para que se apreciara la envergadura del espécimen, se montó el esqueleto en su posición original sobre un armazón de madera y así se convirtió en el primer resto fósil exhibido de esta forma. Por su tamaño fue llamado Megatherium Americanum (del griego: mega, grande y therion, bestia)

Emparentado con los perezosos, el megaterio (género Megatherium) vivió en el continente americano durante el período pleistoceno, hace más de 15 millones de años, y desapareció junto con otras especies hace unos 9 mil años, lo que es relativamente poco tiempo en la escala geológica. Este gigantesco perezoso terrestre se desplazaba sobre sus cuatro extremidades y se alimentaba exclusivamente de vegetales. Los ejemplares adultos superaban los 6 metros de altura y pesaban varias toneladas

Su enorme cuerpo estaba cubierto de un espeso pelaje cuyo color variaba según la edad y el sexo. La estructura de su esqueleto era muy fuerte y gruesa con huesos más robustos que los de un elefante, patas traseras cortas, pies grandísimos y una cola de 50 centímetros. de diámetro en su nacimiento. La gran cabeza era pequeña en relación con el cuerpo.

Las mandíbulas eran poderosas, en cada maxilar carente de colmillos tenían 4 grandes molares desprovistos de esmalte por cada lado (un total de 16) y que eran de crecimiento continuo, o sea que crecían a medida que se desgastaban y tenían una caprichosa forma prismática. Con ellos era capaz de triturar ramas, frutos, hojas y flores al masticarlos, para extraerles los nutrientes. También utilizando las fuertes y grandes uñas, escarbaba la tierra en busca de raíces y tubérculos.

Habiendo tomado conocimiento de los restos enviados a Europa en 1788, Charles Darwin, en su visita a Argentina en 1833, observó similares características entre los armadillos (mamíferos conocidos en la zona como mulita grande ó tatú) vivos y los extintos megaterios. En sus observaciones sugirió que los armadillos descendían de los megaterios, y utilizó este argumento como una de las claves determinantes para el desarrollo de su teoría de la evolución.

Al analizar los factores que condujeron a la desaparición del megaterio podemos decir que este proceso de extinción fue general para el conjunto de los megamamíferos americanos. La evolución favoreció la supervivencia de los animales de menor tamaño afirmando que en general, en todas las especies de vertebrados terrestres, el gigantismo fue la manifestación de una próxima decadencia..


Animales que habitaron la costa atlántica

El gliptodonte (Glyptodon clavipes; del latín diente de piedra) es un mamífero extinto, miembro del orden Xenarthra (desdentados) familia Glyptodontidae.

Este animal, relacionado desde siempre con los actuales tatus, era nativo de América. El gliptodonte medía cerca de 3 metros y pesaba cerca de 1,4 toneladas. Era un herbívoro y, por su constitución, se supone que no fué muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígido. Las diferentes especies se distinguen por los patrones y tipos de caparazones.

Durante milenios, muchas de esas caparazones permanecieron vacías a lo largo de las planicies de Rio Grande do Sul y de Argentina, probablemente sirviendo de refugio para los humanos primitivos de la región.

El gliptodonte surgió en el Pliocénico en América del Sur, migrando después al Norte, cuando el Istmo de Panamá unió las Américas.


Balneario Pehuen Co - Partido de Coronel Rosales - Provincia de Buenos Aires - Argentina